Nuestro protagonista intenta dormir, porque sabe que en un rato sonará su despertador, pero una tormenta impiadosa apedrea su ventana.
El granizo en el techo intenta advertirlo de que se avecina el fin del mundo, pero no ocurre nada...
Una calma aparente invade el ambiente.

"Llevate paraguas", le dicen.
"No va a llover más", responde.
Y Buenos Aires tiene ese no se qué...
Son esas mañanas frías con cielo gris que te encuentran dando pasos de Ballet para evitar los charcos, sabiendo que te vas a mojar igual.
"Eso te pasa porque no trajiste paraguas".

Ese paraguas que no le vas a comprar al tipo que los vende en la esquina por una cuestión de principios.
Sabés que mojarte fue culpa tuya, porque claro...
no trajiste paraguas.